Isabel Yousoufian propone al espectador una atrayente experiencia perceptiva, con un cuidadoso trabajo sobre la superficie, la profundidad y el comportamiento óptico del campo visual, con idénticas dosis de estrategia constructiva y lirismo poético. La inmediata atracción casi magnética que ejercen sus pinturas induce a recorrerlas con un feliz abandono contemplativo, en un rapto de instantánea empatía con esa dinámica conjunción rítmica de signos palpitantes, vibraciones gestuales, trazos minuciosos y también espontáneos, manchas y corpúsculos tan sensitivos como perfectamente calibrados, planos y texturas de un color intenso y a la vez sutil, delicadamente elaborado.
Es justamente la peculiar naturaleza de esa arquitectura cromática lo que define el carácter y la palpitante presencia de estas rigurosas, orgánicas fantasías. Yousoufian compone a la perfección las etapas constructivas de sus trémulas visiones con un exquisito dominio de las superposiciones matéricas, la transparencia y la mezcla, y las perfectas dimensiones relativas entre los módulos de las pinceladas y las proporciones lineales. En pleno imperio de una plenitud barroca, felizmente obsesiva, sus lienzos respiran inspirados en un infatigable sentido del orden, al influjo de la siempre paradójica racionalidad emocional para exhibir la clave exacta, la feliz convivencia entre la fluidez y la rusticidad, la crispación y la caricia, el detalle caligráfico y la humedad abismal, la geometría blanda y el ensayo abstracto.
El sistema de Yousoufian se adivina cercano a una intimidad muy cuidadosamente atesorada, lo cual suele ser materia prima imprescindible en la cuota espiritual de la pintura, y las titilaciones de esa señal secreta nos llegan con sonoridad primaveral, en la amplitud expansiva aunque atemperada de un discurso discretamente exuberante, donde las galas y los ornamentos de una apasionada razón pictórica alcanzan su punto culminante en las acompasadas ecuaciones del equilibrio y el silencio.
Au plein air
“Cuando salgas a pintar, trata de olvidar los objetos que tienes ante ti, piensa sólo: he aquí un cuadradito azul, un óvalo rosa, una franja amarilla, y píntalos tal como los ves, con el color y la forma exactos, hasta que tengas tu propia e ingenua impresión de la escena.”
Claude Monet
Isabel Yous nos invita a recorrer su trabajo más reciente sorprendiéndonos tras una larga etapa de introspección, con insondables mundos interiores que se revelan en su nueva pintura.
Lo más profundo de sus motivaciones pictóricas, asoma a la superficie revestido de alegría.
De manera muy singular, la artista experimenta el “plein air”. Y “el acto de pintar al aire libre”, se da en ella en la superficie misma del color.
Cada matiz en su precisión, nos sumerge en un sol de
mediodía, en un nocturno infinito, en una atmósfera bellamente abstracta…
Los planos coloreados que hoy despliega Yous se expanden en múltiples formas y fragmentos. Emergen gozosos de su propia esencia, para transformarse libremente en partículas flotantes de un nuevo universo…Dejémonos llevar por ellas, para construir “nuestra propia e ingenua impresión de la escena”
Creo advertir que la obra de Isabel Yous se asienta sobre un fértil sedimento. En sus capas se mezclan y activan diversos orígenes, experiencias, saberes y culturas, que confluyen y se concentran en sus pinturas seriales.
La serie, entendida como exploración aleatoria alrededor de una idea que dispara respuestas múltiples, es su manera contemporánea de hacer. Así comprendemos la génesis de sus búsquedas formales, que en sus últimos trabajos muestran trazas, sellos, organizaciones sígnicas que emulan o refieren a pasadas o futuras escrituras.
Pero este camino evolutivo presenta una anomalía.
Entre 2010 y 2012, tres estadías cortas en París, permitieron que la artista, alejada de su contexto habitual, focalizara su pensamiento plástico y su sensibilidad para crear un conjunto de obras coherente y cerrado. Allí nace la serie de goauches a la que ella denominó Monstruos y Máscaras, que aquí se muestra.
Monstruo.
máscara.
(Del italiano maschera, y este del árabe masẖarah, objeto de risa).
Figura que representa un rostro humano, de animal o puramente imaginario, con la que una persona puede cubrirse la cara para no ser reconocida, tomar el aspecto de otra o practicar ciertas actividades escénicas o rituales.
Coherente con su búsqueda expresiva (entre el espanto de lo monstruoso y la impunidad y la alegría de la máscara) Isabel, configura en esta serie de obras de pequeño formato, contrazos gestuales y un uso sensible del color, espacios significantes a los que potencia con un recurso singular: intuitivamente, encripta en ellos una organización formal especializada que se evidencia veladamente, la que al ser percibida por nosotros, activa una Gestalt primaria, programada, que todos los humanos portamos, enterrada en el fondo de nuestra percepción, un pattern ancestral asociado a la supervivencia, que nos fuerza a configurar y descubrir un rostro aunque se oculte tras un monstruo o una máscara.
El resultado de esta experiencia tiene un efecto demostrativo extra que la valoriza, ya que habilita reflexionar sobre la imposibilidad de establecer con nitidez los límites entre abstracción y figuración, dos campos inestables en tensión permanente.
Naturaleza
En un abrir y cerrar los ojos
obras de mediodía sol abrasador
todo luz
se adivina los que curiosean
en la hojarasca
gente bestias reptiles
pájaros insectos
cierro los ojos
para recuperar oscuridad
deslumbra el rayo
el pincel resbala…
otros sentimientos
se entiende que estamos hablando
de la naturaleza de Isabel
ISABEL YOUSOUFIAN (Rosario) Desde un expresionismo abstracto, Yousoufian interpela al espectador con imágenes de una gestual carga matérica, que domina la composición por sobre el color, convirtiendo la tela en una pantalla sensible, en la que el gesto humano retoma la impresión primitiva que llevó al hombre desde sus orígenes a dejar su impronta como acto mágico, para perpetuar la marca humana de la existencia. El gesto iniciático de un presente eterno, de una huella que actualiza en la imagen la presencia, venciendo en la acción a la muerte.